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¿Quién, para el que no lo conoció, era don Ramón?. ¿Cómo es que forma parte de la historia de Nueva Cajamarca?… se lo contamos en breve.

Ramón Rico Arévalo, fue un ciudadano nacido en la cálida localidad costera de Olmos, su tierra natal, desde muy joven se dedicó a las máquinas, era mecánico autodidacta de motocicletas, su taller “El Chiclayano”, estaba inicialmente ubicado en su domicilio, frente al actual Centro de Salud (Hospital Rural), luego pasó a la hoy llamada Av. Cajamarca Norte, en una casa de madera que hasta hace poco, lucía junto al canal Galindona extremo este. A sus importantes contribuciones con la sociedad, le auguró su vinculación con el partido aprista, pues antes de ascender Nueva Cajamarca, de caserío a ser la sede del distrito, luego de que pobladores, derrocaran al penúltimo agente municipal, el Prof. Lionel Villacorta Torres, Ramón Rico Arévalo, asume la dirección del gobierno, y como dicen: “como anillo al dedo”, al crearse mediante Ley 24040, del 16 de diciembre de 1984, en el aún periodo de gobierno del Arq. Fernando Belaunde Terry, asume en forma interina, el cargo oficial de alcalde distrital.

En este paso de su originaria actividad privada, pasa al plano político, logrando muchas cosas, como es la aprobación de un proyecto integral del servicio de agua y desagüe, que daría este servicio a Nueva Cajamarca, Tahuantinsuyo y La Unión, posteriormente a Ucrania que por esas razones que no podemos entender, al ingresar el gobierno aprista, con Demetrio Tafur Ruiz, no se llega a culminar dicha obra, solo se llega a terminar la infraestructura del actual Centro de Salud.

Termina su mandado interino y postula a un segundo mandato, consiguiéndolo, sin mayores complicaciones, no tenía rival externo, pero si, la pugna de sus compañeros de partido, que supuestamente, no estaban contentos con su labor, acompañado de una serie de acontecimientos como la incursión armada del MRTA, incriminándolo con un escándalo sexual con una de sus secretarias, y con el apoyo de las rondas campesinas, en mayo de 1999, logran derrocarlo. (En esa oportunidad no había proceso de revocatoria, solo bastaba que el concejo municipal lo aprobara con la consulta ciudadana a sus dirigentes y líderes)

Así, Ramón Rico, luego de ser el héroe, para sus propios compañeros del partido aprista, pasa a condición de villano, y es obligado a abandonar Nueva Cajamarca, para asegurar su integridad física, para luego fijar su residencia en la ciudad de Juanjuí y Tarapoto en forma simultánea.

Desde esa época, Ramón, solo llegaba a Nueva Cajamarca, para ver a sus hijos y sus intereses prediales,  y también durante las festividades del aniversario, lo que se recuerda a Ramón, es por su valentía para decir las cosas, como por ejemplo la lucha por el servicio eléctrico, con él se luchó por 32 días, una de las más largas jornadas, junto a otros valerosos ciudadanos como el también extinto ex alcalde Joel Vásquez Ramos y el tres veces regidor ya fallecido, Juan Zaburburú Villacréz y el sacerdote más recordado por toda la comunidad católica, Rvdo. Javier Balda Imirizaldu entre otros ciudadanos con la activa participación de la juventud para exigir a Electro Oriente, la implementación de un generador eléctrico, la adquisición de un primer camión para el servicio de baja policía denominado “El Primero” entre otras gestiones, como apoyo a la construcción de las primeras aulas (el trencito) del Colegio Secundario “Manuel Fidencio Hidalgo Flores”, terrenos para el botadero municipal y que no se sabe a dónde fue a parar. Como también por  su capacidad visionaria, fue el creador de la primera urbanización, como es hoy la Urbanización “Santa Isabel”, uno de los sectores, mejor diseñados en materia de urbanismo cívico.

En fin, hay muchas razones para recordar de su obra y su paso por la vida, del “Babozzo” eres como “mis pelotasss”. Descansa en Paz, Ramón Rico Arévalo. El pueblo te tiene una deuda aún, guardar tu memoria. Que Dios te tenga en su bendita gloria.

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